Esta celebración nació cuando se reunieron, en 1924, delegados de diversos países en el Congreso Internacional del Ahorro, celebrado en Milán para debatir sobre la organización y legislación de las entidades bancarias.
Esa fecha es una oportunidad idónea para ponernos a pensar en la gran importancia que tiene tener ordenadas nuestras finanzas mediante un plan de ahorro. Teniendo la costumbre del ahorro, podemos lograr en un futuro nuestras metas, como la compra de un auto, financiar una maestría o tener una casa propia. Es más, ahorrar es beneficioso para afrontar una época de “vacas flacas”.
¿Cómo podemos establecer un buen plan de ahorro?
1. Define para qué quieres ahorrar. Antes de empezar, debes tener en claro qué es lo que quieres lograr. Quizá quieras tomar esas vacaciones soñadas, financiar una maestría o a lo mejor, ahorrar para la cuota inicial del auto o tu casa propia. Para ello, debes informarte sobre cuánto te costaría lograr ese sueño y en cuanto tiempo lo lograrías.
2. Define cuánto debes ahorrar. Lo ideal es tener un presupuesto mensual y separarlo por rubros: comida, transporte, vestido, educación, salud, entretenimiento, entre otros. De esta manera sabrás aproximadamente cuánto necesitas cada mes para cada uno de estos rubros y cuánto te quedaría disponible para ahorrar. Lo ideal es ahorrar un 10% del sueldo. ¿Suena demasiado? Empieza a recortar gastos en rubros que no sean indispensables, como entretenimiento.
3. Ahorra en una cuenta diferente. Si tienes tus ahorros “a mano” en la misma cuenta en la que recibes tus ingresos, es muy fácil ceder ante la tentación y usar parte de tus ahorros para alguna compra. Por ello, ten tus ahorros en una cuenta para que te sea más difícil acceder a ellos.
4. Elige la cuenta de depósito que se adapte mejor a sus necesidades. El sistema financiero ofrece múltiples opciones de ahorro. Se tienen las cuentas de ahorro, los depósitos a plazo y los fondos mutuos, cada uno con diversas ventajas y desventajas. Si buscas una mayor rentabilidad y estás seguro que no vas a necesitar ese dinero pronto, lo mejor sería recurrir a fondos mutuos o depósitos a plazo. En cambio, si no te preocupa tanto la rentabilidad, pero sí poder acceder a esos ahorros en cualquier momento, lo más conveniente es tener una cuenta de ahorros.
5. Evita comprar por impulso. Posiblemente no necesites ese celular que acaba de salir al mercado. O ese televisor de 60 pulgadas. Si bien las ofertas pueden parecer muy tentadoras, debes preguntarte si realmente lo necesitas y si, en caso lo necesites, si podrás pagarlo.