La empatía es parte de todos

“La definición de ser empática es: ponerse en lugar de otro y tratar de entender qué es lo que le sucede o por qué actúa de cierta manera. Es salir de tu cuerpo por un momento, para poder ponerte en sus zapatos y comprender lo que puede estar pasando”.

Recuerdo hace años, cuando me juntaba con un amigo y este quería hablar conmigo sobre cosas que le aquejaban. Yo ya me encontraba en mi etapa de cambio, en la que gracias al camino espiritual y el autoconocimiento, poco a poco iba inculcándome de libros, blogs, maestros, referencias y adhiriendo más herramientas para mi vida personal y/o profesional. Sin embargo, sucedía que yo no solía escucharlo del todo, pues quería compartir una solución a sus problemas con las nuevas herramientas que tenía, pues a mí me habían funcionado y no quería que esta persona pasara por lo mismo. Si no que, dé un salto a través de mi experiencia.

Una de las tantas veces en que mi ego, en parte, se apoderara de la situación, este amigo se cansó y me dijo: “Es que no siempre las personas te están pidiendo una solución, muchas veces solamente quieren ser escuchadas”.

En ese momento no lo entendí ¿Por qué él me estaba diciendo eso, si yo trataba de hacerle un favor? Yo había leído que puedes involucrarte en la vida de las personas que consideras importantes y decirles lo que piensas, pues crees que eso generará un cambio positivo en su comportamiento. Pero esto iba más allá, pues estaba viendo todo desde mi perspectiva, desde mi experiencia, mis conocimientos y todo era yo. No estaba viendo realmente a mi amigo sufrir y no estaba para él como me hubiese gustado haberlo estado ahora. No entendí que cada quién es un mundo y que cada quién vive su propia carrera. No entendí que en esos tantos momentos solo debía ser empática.

La definición de ser empática es: ponerse en lugar de otro y tratar de entender qué es lo que le sucede o por qué actúa de cierta manera. Es salir de tu cuerpo por un momento, para poder ponerte en sus zapatos y comprender lo que puede estar pasando.

Es no pensar de manera narcisista, egocéntrica, pues de lo contrario lo sucumbiría a uno en malas prácticas como: ser déspota, hiriente, prejuicioso, indiferente. No iríamos acorde con la naturaleza universal y su equilibrio de ser.

Además, es centrarte en otro ser, fuera de ti pero sentirlo tan dentro de tu corazón. Tus ojos se vuelven la ventana de tu interior y tu amor aflora en cada acción, tanto verbal como no verbal. Pues sientes que eres parte de algo en ese momento. Alguien está mostrando sus inseguridades, su vulnerabilidad, sus miedos o el dolor que siente. Y, sin importar qué, enfocar nuestros sentidos hacia lo que está pasando para poder ayudar de ser necesario o, simplemente, ser presencia y poder lograr una conexión. Así de bonita es la empatía.

Foto difusión

Cuántas veces vemos a nuestro alrededor a personas lidiando con sus problemas internos y nos colocamos como los jueces, que todo lo quieren entender, que todo lo quieren solucionar. Y no entramos en cuenta que todos somos un mundo y a cada quién le tocará evolucionar de acuerdo con su proceder y experiencias y sanarán en el tiempo necesario. Si está en nuestras manos apoyarlos, adelante… ¡Siempre y cuando quieran ser apoyados!

Sin imponer, sin juzgar, pues en ese mundo debemos entrar primero como invitados.

Finalmente, es deber de cada quien ir por el camino del autoconocimiento y la autorrealización. Deberíamos inculcarnos los valores que necesitamos para trascender, aceptar de manera humilde nuestras carencias y debilidades, no para sentirnos mal o inferiores, sino para saber en dónde estamos ubicados y para partir desde ahí e ir hacia nuestra…”¡Mejor Versión Power!”

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