Cloud, webinars, apps, Zoom y Google Hangouts son algunos de los términos que, en las últimas semanas, se repiten cada vez con mayor frecuencia en el ámbito jurídico, sumándose a otros que ya forman parte del vocabulario de los abogados, como Skype, WhatsApp, firma digital, voto electrónico, e-commerce, business to business y business to consumer.
A propósito de esto te cuento que Legal Tech es el conjunto de softwares y servicios habilitados por tecnología aplicados al Derecho y dirigidos a los abogados (y, por extensión, a los magistrados, gerentes legales y asesores legales internos de una empresa). Algunos lo diferencian del Law Tech que se dirige al público legal (es decir, los justiciables, los consumidores y los clientes de los abogados).
Independientemente de ello lo cierto es que el Legal Tech impulsa el desarrollo de la inteligencia artificial e irrumpe en el mundo del Derecho”.
Si bien ya hace algunos años se habían dictado en el Perú las normas pertinentes para las audiencias judiciales mediante videoconferencias (como la Directiva “Lineamientos para el desarrollo e instalación de audiencias realizadas en los procesos penales bajo los alcances del nuevo Código Procesal Penal, mediante el uso de videoconferencia y otros aplicativos tecnológicos de comunicación”, Resolución Administrativa N° 084-2018-CE-PJ), es en el actual contexto de aislamiento social donde se aprecia la mayor utilidad de dicha tecnología (de ahí que recientemente se autoriza a los fiscales a nivel nacional que durante el Estado de emergencia sanitaria por el COVID-19 puedan utilizar medios tecnológicos para el desarrollo de diligencias fiscales, Resolución de la Fiscalía de la Nación N° 610-2020-MP-FN).
Pero no sólo eso. Hoy en día las amplias funcionalidades del Legal Tech se manifiestan en big data (manejo de archivos), servicios legales online (atención de reclamos), chatbot (absolución de consultas legales), marketplaces (contacto de abogados con potenciales clientes mediante geolocalización), on-demand legal talent (reclutamiento de abogados por proyecto), fintech (inversiones), smart legal contract (contratación virtual), blockchain (virtualización de la moneda), research (búsqueda de información jurisprudencial), machine learning (clasificación de documentos legales), e-discovery (análisis de éxito de los casos), crowdfunding (financiamiento de procesos judiciales y arbitrajes) y una diversidad de softwares jurídicos (desde la gestión administrativa de estudios de abogados hasta el seguimiento de expedientes judiciales pasando por el registro de marcas).
Estamos pues ante una nueva era en la evolución del Derecho”.