Si hay un factor clave para el desarrollo del país, ese es la educación. Algunos dirán que el tema económico es el de mayor relevancia, pero un país con recursos económicos y carente de educación no explotaría sus activos de manera eficiente.
La educación no solo es adquirir conceptos y conocimientos, sino también es desarrollar habilidades que permitan fomentar el juicio crítico, la empatía, el dialogo, la disciplina, la perseverancia, la solidaridad y muchas otras virtudes que no se pueden aprender solo con libros de textos y exámenes memorísticos.
La educación siempre ha sido un tema por resolver para los gobiernos de turno; sin embargo, ninguno ha hecho los esfuerzos necesarios para solucionar el tema desde la raíz y revertir la situación, lo cual se evidencia a través del déficit de infraestructura, los resultados de las pruebas PISA y lo precaria preparación que reciben los maestros.
El tema es complejo y se necesita una correcta gestión del Ministerio de Educación, pero no podemos cruzarnos de brazos y pretender que las cosas mejoren por sí solas. Acuérdense de la famosa frase de John F. Kennedy el día de su investidura como presidente de Estados Unidos: “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país”.
¿Qué se puede hacer?
Enseñar con el ejemplo, transmitiendo hábitos correctos, buenas prácticas y motivando a los demás a conseguir su mayor potencial.
Esta labor tiene que ser asumida por todos y en todo momento pero en mayor medida por todas las figuras públicas, especialmente los deportistas profesionales, que gozan de gran popularidad e impactan en la sociedad con sus acciones.
Por este motivo es necesario que los deportistas, quienes hoy en día son lo que fueron los actores del cine y televisión, que inspiraban a las audiencias a través de sus personajes heroicos y memorables que ofrecían un mensaje constructivo (Russel Crowe en “Gladiador”, Tom Hanks en “Forrest Gump”, Christian Bale en “Batman”), asuman un papel responsable, comportándose de manera ejemplar y transmitan el valor del esfuerzo y del compromiso a través de las acciones que hacen diario para superarse.
Es necesario erradicar la corrupción, la informalidad, la mediocridad del deporte para poder educar a través del deporte. De no hacerlo, todo esfuerzo resultará vano”.
Los deportistas deben ser conscientes del poder de influencia que suscitan sus acciones y predicar con el ejemplo, debido a que la mayoría de los jóvenes los tienen como referentes. Por tanto, deben esforzarse en ser mejores personas y buscar la excelencia rodeándose de un entorno que comparta sus aspiraciones.
Bien común, beneficio para todos
Asimismo, clubes, federaciones y todas las organizaciones deportivas también tienen un rol vinculado a la educación, el cual se debe dar a través de la formación en valores, virtudes y competencias a sus atletas. Estas deben priorizar la formación de personas correctas más allá de todo objetivo, con el fin de contribuir a la sociedad formando ciudadanos modelos.
Al final, esto resulta un ganar-ganar, debido a que las instituciones que forman deportistas educados podrán trascender y ser vistas como modelos a seguir, lo cual genera un efecto multiplicador, tanto en el sector deportivo como en la sociedad.
Un país educado y civilizado goza de más oportunidades para desarrollarse y afrontar cualquier reto en el futuro”.
Tenemos que entender y concientizar a la gente, de que el deporte es una poderosa plataforma de educación, la cual ayuda a los jóvenes a desarrollarse y a vincularse con los demás. En este sentido, los deportistas profesionales deben ser conscientes de que los niños son como esponjas, adoptan el comportamiento de las personas que más admiran, entre los cuales se encuentran sus familiares y sus deportistas favoritos, por tanto, deben motivarlos a luchar por sus aspiraciones demostrando compromiso, seriedad y, sobre todo, que la constancia le gana al talento.
Los niños quieren replicar todo lo que hacen sus deportistas favoritos… imitando su forma de vestir, llevando el mismo corte de cabello, utilizando las mismas zapatillas, etcétera, con el fin de emular a sus ídolos. Y ojo, el ejemplo también es para los adultos,… ¿Quién no muerde una medalla cuando la recibe?, ¿Te acuerdas donde lo viste?
¿Te imaginas el efecto positivo que produciría ver que los atletas lleven una vida ordenada fuera de escándalos, o agradeciendo a los árbitros y al público a pesar del resultado?, o ¿te imaginas a los jugadores agradeciendo a los recogepelotas y ayudando a los miembros de apoyo?
“Dar el ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás, es la única manera” – Albert Einstein