El emprendedor tecnológico se lucía también durante sus presentaciones. ¡Toma nota y empieza a ponerlos en práctica!
Amigo emprendedor, Steve Jobs, el genio fundador de Apple, no es conocido solo por sus aportes al mundo digital. El emprendedor tecnológico se lucía también durante sus presentaciones. ¿Cómo lo lograba? ¡Revisa la siguiente nota!
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Aunque cada persona debe tener un estilo propio, estos consejos te servirán para dejar a tu audiencia con la boca abierta:
1. Prepara la “presentación del billón de dólares”
Se dice que cada producto Apple está diseñado para obtener un billón de dólares de ganancias. Steve Jobs lo sabía y nunca olvidó que sus presentaciones para empresarios eran una parte vital de su plan de marketing. Por eso, preparaba cada presentación como si de ella dependiera ganar un billón de dólares.
2. Cuenta una historia con emoción
Las presentaciones del genio de Apple nunca fueron aburridas porque él no definía conceptos ni intentaba convencer al público con frases de cajón. Jobs contaba historias y sus intervenciones se parecían más a una charla con un amigo que está hablando sobre algo interesante, que a un discurso corporativo.
Te recomendamos recurrir a anécdotas personales o casos de la vida real que apoyen tus ideas y además entretengan al público.
3. Adopta el estilo Twitter
El diseño Apple es sinónimo de “menos es más”. Por ello, las ayudas visuales de las presentaciones de Steve Jobs siempre seguían un estilo minimalista donde las fotografías y esquemas acompañados de frases cortas y contundentes eran los protagonistas.
Toma como referencia el estilo Twitter: ¿puedes resumir lo que estás pensando en 140 caracteres?
4. Sigue la regla de los 10 minutos
Está demostrado que el cerebro se cansa después de 10 minutos de atención. Es decir, sin importar lo bueno que sea un conferencista, es normal que la audiencia se distraiga después de este tiempo.
Sin embargo, las presentaciones de Steve Jobs duraban cerca de una hora y media. ¿Cómo lograba mantener la atención de su público? Cada 10 o 15 minutos, él interrumpía lo que estaba diciendo para mostrar un video, una demostración o una intervención de un invitado.
5. Cierra con broche de oro
Steve Jobs concluía sus presentaciones con “una cosa adicional”, que por lo general era un nuevo producto, software o aplicación, para dejar al público maravillado y con altas expectativas.
La famosa frase “siempre déjalos queriendo más”, cobraba vital importancia en las manos de Jobs, quien se preocupaba por sembrar curiosidad en su audiencia al final de sus intervenciones.
