Nadia Hernández y Pamela Quispe son emprendedoras y su afán de reinvención empresarial les permitió adaptarse a los nuevos tiempos de crisis económica.
Nadia Hernández y Pamela Quispe son dos emprendedoras de Pisco, en Ica, quienes representan a miles de luchadoras y madres peruanas sobrellevando la difícil situación generada por el Covid-19.
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Dos historias de lucha y reinvención
En el caso de ambas emprendedoras, su afán de reinvención empresarial y la oportunidad que les brindó programas como Pisco Emprendedor de Camisea, les permitió adaptarse a los nuevos tiempos de crisis económica.
Nadia Hernández vivió momentos duros, como los de junio y julio de 2020, en pleno repunte del coronavirus SARS-CoV-2, cuando su esposo e hijos se infectaron y parecía que todo se derrumbaba.
Sus vecinos y familiares les dejaban víveres en la puerta de su casa. Ella cuenta que tuvieron mucha fe, siguieron la medicación y se recuperaron.
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Pamela Quispe también recuerda cómo muchos conocidos suyos, emprendedores, se contagiaron de Covid-19 por salir a vender sus productos.
Esta emprendedora vivió en carne propia el desplome de sus ventas. Ella, antes de la pandemia, producía mensualmente más de 500 litros de yogurt artesanal de diversos sabores; ahora no llega ni a los 200.
Por eso debió reinventarse, elaborando y vendiendo queques, pasteles y tortas de yogurt para familias cercanas o conocidos a su pueblo Montalbán, en el distrito Independencia. Y ahora tienen luces de mejores tiempos financieros.
Perseverancia y superación
A pesar de la tragedia, estas dos inagotables mujeres emprendedoras de Pisco siguen adelante.
Ellas llevaron capacitaciones de costos, precios, marketing y mano de obra, y se dieron a conocer en la provincia pisqueña por las ferias de Pisco Emprendedor de Camisea.
“Ahora usamos muchas redes sociales para vender, por ejemplo, Facebook o WhatsApp. Mi hija de 12 años me ayuda en la decoración. Les digo a todas las mujeres que se levanten con fuerza, porque allí hay un mundo por ganar, no se queden con los brazos cruzados”, dice Pamela Quispe.
“No vale rendirse”
“Las ventas bajaron hasta un 50% por la pandemia. Nos reinventamos con alfajores, hacemos pan artesanal. Me gusta lo que hago, y con pasión. Invertimos unos mil soles en los protocolos de seguridad de nuestra tienda. Con Pisco Emprendedor nos hicimos conocidos, y ahora, después de años, te das cuenta cómo vas y no vale rendirse. Hasta con 5 soles que tengas en tu bolsillo puedes empezar”, reflexiona Nadia Hernández, quien pese a todo siguen con su sueño intacto: comprar un local grande para poner su propia panadería.
Pisco Emprendedor permitió beneficiar a más de 1,600 personas con sus proyectos y emprendimientos, gracias a incentivos económicos y asesorías empresariales.
Allí aprendieron Nadia y Pamela a perseverar y orientarse para épocas críticas. No son solo dos mujeres más que sufren las consecuencias de una pandemia que nadie esperaba. Son dos mujeres que reflejan el trabajo de salir adelante con paciencia, coraje y resiliencia.
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