Lara, el emprendimiento que fomenta la inclusión social de las personas sordas

Foto: Cortesía

“Empezamos en una cochera que nos prestaron, solo teníamos disponibilidad de hacer clases los sábados por la mañana”, nos cuenta Esteban Ramírez, fundador de Lara.

Esteban Ramírez es un comunicador de 32 años que desde pequeño conoció la difícil situación que afrontan las personas con discapacidad auditiva porque su padre era sordo. Es por ello que, con el objetivo de fomentar la inclusión social a partir del lenguaje de señas, en el 2014 decidió iniciar Lara.

Lara es un centro de capacitación en lenguaje de señas con sede en Arequipa. Esteban eligió este nombre en honor a su papá: Luis Alberto Ramírez Arellan.

“Empezamos en una cochera que nos prestaron, solo teníamos disponibilidad de hacer clases los sábados por la mañana. Hicimos publicidad por Facebook y en nuestra primera clase solo tuvimos una persona”, nos cuenta el emprendedor.

Esteban Ramirez, fundador de LARA

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Desde hace 7 años este proyecto brinda clases presenciales, y ahora también virtuales por la pandemia, con profesores que tienen discapacidad auditiva. Por esta gran iniciativa, han obtenido diversos reconocimientos como el primer puesto en 7G Startup Perú, fueron elegidos como Protagonista del Cambio en el 2020 y este año ganaron Datathon de Interbank. También forman parte la Red Kunan.

“Iniciamos Lara no solo con el objetivo de que las personas oyentes conozcan el lenguaje de señas, sino también la situación de las personas sordas y que, en base a este conocimiento, se busque soluciones a dicha problemática”, asegura Esteban.

Transformación digital

Antes de la pandemia, Lara solo había realizado una clase virtual a modo de piloto, pero “no le metieron tanta fuerza”.

Sin embargo, con la propagación del coronavirus en el Perú tuvieron que trasladarse de las aulas a las salas de Zoom. “Esta virtualidad nos ha permitido tener un alcance nacional, antes solo nos centrábamos en Arequipa”, menciona.

Ahora, los interesados en llevar estos cursos deben ingresar a la página de Facebook e inscribirse en el formulario, luego realizan el pago y se inicia una comunicación por WhatsApp para coordinar horarios.

Voluntariado

Lara cuenta con niveles básico, intermedio y avanzado. Todos se trabajan en seis meses, pero aquí no termina la labor del emprendimiento. “Además de las clases, nosotros tenemos un voluntariado. A este programa ingresan los chicos que han concluido su formación y quieren apoyar a niños sordos”.

Por la pandemia, esta iniciativa también se realiza de manera virtual. Actualmente apoya a 18 niños sordos.

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Continuando con la inclusión social

Próximamente, como parte de su crecimiento, buscan iniciar un colegio para niños sordos. “Queremos que las clases sean ambientadas al lenguaje de señas”, enfatiza Esteban.

Por otro lado, ya se ha puesto en marcha un nuevo emprendimiento al que llama “el medio hermano de Lara”. “Alaseña es un restaurante inclusivo. La atención se da en lenguaje de señas con mozos sordos. Ya empezamos el servicio en Arequipa”, comenta.

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