Lici Ramírez: “Es bastante emocionante ver que con el trabajo que uno realiza hace feliz a otras personas”

Foto: Priscila Cortegana

Lisbeth Ramírez Ramírez, más conocida como Lici Ramírez, es la fundadora de Corazón Carnaval, una marca de diseños inspirados en el Perú y la cultura popular.

El 8 de marzo de 1908 ocurrió un suceso que marcó la historia del trabajo en el mundo entero: 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, tras declararse en huelga. ¿El motivo? Buscaban la reducción de la jornada laboral a 10 horas y un salario igual al de los hombres que hacían las mismas actividades.

Con este antecedente, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.

En la actualidad la fecha sirve para conmemorar la lucha por la erradicación de la violencia de género y lograr la igualdad entre mujeres y hombres, pues estas últimas continúan desarrollándose en ambientes sociales, económicos y políticos desfavorables.

En medio de esta fecha PQS ha decidido lanzar el especial “Mujeres de negocios”, en el que se conversa con ocho mujeres emprendedoras o investigadoras sobre sus experiencias.

Lisbeth Ramírez Ramírez, más conocida como Lici Ramírez, es una joven artista egresada con Medalla de Oro de la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes que desde el 2016 viene emprendiendo con Corazón Carnaval, una marca de diseños inspirados en el Perú y la cultura popular.

Lici, ¿cómo te defines?

Soy diseñadora de indumentaria con identidad cultural, creadora de arte interdisciplinario y activista.

¿Por qué decidiste emprender?

Yo tengo formación de artista. Desde muy joven tuve esta visión de emprender a través del arte y sobre todo, democratizarlo porque uno suele ver en las exposiciones obras de costos bastante altos, un poco elitistas, pero cuando uno crea piezas de diseño o indumentaria, puede llevar una pieza de arte a un objeto utilitario, puede llevar el arte a cualquier espacio.

Desde que empecé a estudiar en Bellas Artes busqué crear estas piezas utilitarias, ya sea indumentaria o libretas, objetos cotidianos en los cuales uno puede disfrutar del arte.

Para llevar a cabo esto creaste Corazón Carnaval

Corazón Carnaval es el último emprendimiento en el que he trabajado, anteriormente he trabajado en diferentes marcas con otras socias o socios.

Corazón Carnaval nació en el 2016 a raíz de una muestra que hice en Alemania. Con esta marca quise crear, como dice su nombre, un corazón con nuestra identidad cultural, con nuestros colores, algo mucho más mío.

¿Cómo has financiado tus emprendimientos?

Siempre he partido de la autogestión, he preferido eso a los préstamos porque a veces pueden ser bastante engorrosos.

Yo me alío con compañeras que tienen sus propios talleres, sus propias maquinarias, tercerizo este servicio porque si yo quisiera tener mi taller con toda la maquinaria que requiero, como planchas, impresores, remalladora, sí necesitaría una gran inversión.

Corazón Carnaval nació en el 2016 después de que Lici realizara una exposición en Alemania.

Lici, ¿a qué dificultades te has enfrentado en el proceso de emprender?

La principal dificultad ha estado relacionada al registro de las obras. Vivimos en un país que tiene esta facilidad de reproducir en masa las cosas de manera ilegal, así que me ha pasado que me han pirateado. Para evitar esto hay que registrar toda la creación, todo tu arte, y en nuestro país este trámite sigue siendo engorroso y de alto costo.

No solo eso, sino que el proceso de fiscalización también es engorroso y las multas que reciben quienes te piratean van para Indecopi, es decir, no hay un resarcimiento para la persona que crea.

Mientras más conocido te haces, aumenta la posibilidad de que te pirateen. Además, corres el riesgo de que se tergiverse tu arte y se use para otros fines.

Si tuvieras que mencionar un error y un acierto que has cometido como emprendedora, ¿cuáles serían?

Ha sido complicado crecer y tener que delegar el trabajo. Al principio, el error ha sido tratar de hacer todo porque llega un punto en que ya no das más. Las mujeres emprendedoras muchas veces nos sobreexigimos en el trabajo, pero también es necesario delegar, confiar en otras personas que puedan estar en armonía con lo que tú deseas proyectar con tu marca. Gracias a la vida, en este punto tengo aliadas, compañeras que suman muchísimo en mis procesos.

Y el acierto fue ese, delegar y encontrar compañeras con quienes crecer juntas. Ahora sí confío mucho en las personas que me apoyan en el diseño y en la confección de mis prendas, eso es algo valioso.

A nivel personal y profesional, ¿qué ha significado para ti iniciar una empresa?

He tenido el ejemplo de mi mamá, que siempre ha sido sumamente emprendedora. Es bastante emocionante ver que el trabajo que uno realiza hace que otras personas se sientan felices. Es hermoso cuando un arte, esté en una pieza de diseño o en una prenda, de alguna manera representa los sentimientos de la persona que lo compra.

Para mí crear una empresa ha sido muy gratificante. Claro, tiene sus complejidades, sobre todo en el tema administrativo, pero todo eso definitivamente vale la pena cuando uno siente que el arte y el diseño que una hace realmente significa algo bello en el corazón de la persona que lo lleva, que lo compra, que lo usa como parte de su propia identidad.

¿Crees que es difícil emprender para una mujer en el Perú?

Definitivamente sí. En general es difícil aprender, pero para una mujer en el Perú es un poco más complicado, sobre todo si tienes familia o tienes personas a su cargo porque es un trabajo añadido. En mi caso, yo no tengo hijos, pero sí tengo familia a cargo y eso implica un poquito más de esfuerzo.

Creo que es importante generar las oportunidades para que las mujeres puedan desarrollarse plenamente en educación para tener una buena base para emprender.

¿Recuerdas alguna experiencia en la que hayas sido discriminada por tu género?

En mi caso no ha habido discriminación por mi género, pero sí sé que eso pasa. Creo que no me ha pasado porque desde que inicié mi trabajo como artista y como diseñadora, siempre he tenido una apuesta como activista, así que es muy difícil que me inviten a un lugar y que luego me discriminan porque saben de antemano que tengo una postura frente a los derechos de la mujer, frente a la diversidad, frente a la identidad cultural.

¿Qué le hace falta al Estado y la empresa privada para impulsar emprendimientos liderados por mujeres?

Hace falta crear más espacios de capacitación para llegar a diferentes comunidades y barrios donde el acceso a las redes sociales no es tan constante. Yo he visto esfuerzos de la Municipalidad de Lima y del Mimp, pero no es suficiente, falta llegar a los espacios donde las mujeres tienen muchísimas más carencias.

Para finalizar, ¿qué consejo le darías a una mujer que quiere iniciar un negocio en Perú?

Le diría que crea mucho en su talento, que busque aliadas o aliados con los que pueda crecer. Al principio es difícil, pero hay que agarrar fuerzas de la familia y de los amigos. En el camino uno comete errores, pero se va aprendiendo.

También es importante cuidar la reputación en redes sociales, donde se consigue ahora al público que aprecia tu trabajo.

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