La idea nació hace más de 10 años, cuando vio una necesidad del mercado tomando en cuenta la afluencia de gente que había por la zona. Julieta consideró conveniente poner un negocio, pero no sabía cuál.
Por cuestiones de la vida, consiguió que le alquilaran un baño clausurado en una casona del centro de Lima y decidió empezar ahí. Revisando la zona encontró una impresora tirada y la recogió. Tiempo después se acercó una persona buscando un repuesto de una impresora muy antigua, que justo era la misma que Julieta había recogido. Fue en ese momento donde hizo su primera venta, dándole la pieza que el señor necesitaba. De ahí nació la idea de vender repuestos.