Este post no estaba planificado, pero considero que es importante escribir sobre esto en este preciso momento. Así… en caliente y sin mucho pensar ni planificar.
>LEE: ¿Quieres emprender?: Empieza haciendo
El año pasado tuve la bendición de brindar un keynote introductorio, sobre la necesidad de la innovación empresarial al comité de gerencia de un banco importante en Perú (no en el top 4, pero sí muy reconocido). Al final del keynote, en el Q&A, me pidieron responder: ¿Cómo innovar para transformar la empresa? Les manifesté que esa pregunta no se responde en tan poco tiempo, sino en un proceso de mediano plazo. Su comentario fue: “… a veces… el ¿cómo? es importante”. ¡Pues claro que lo es! Y, justamente por ese motivo, es necesario que se arme un proyecto de transformación antes que sea muy tarde. La sesión terminó en ese instante.
Hace un par de semanas me he enterado que vienen planificando – sí, seis meses después – ese proyecto de transformación de este banco.
Hace un par de semanas, el área de educación ejecutiva de una de las universidades más importantes de Perú me pidió armar un keynote (inicialmente de una hora, luego de 25 minutos) sobre Design Thinking. Pero, cuando nos reunimos para ver el real objetivo, era que sus profesores piensen fuera de la caja, que se diviertan y que tengan herramientas para innovar en sus clases.
Respondí respetuosamente diciendo que eso era imposible en tan poco tiempo. Incluso llegaron a decirme que los sacaba de cuadro que les diga a ellos que no. A mí me interesaba el prestigio de esa universidad, pero evidentemente no soy un Mandrake, soy un profesional y me tomo mi trabajo en serio.
Hace unos días, una multinacional de centros de contacto se comunicó conmigo para tener una dinámica con piezas Lego “de un par de horitas”, para mostrar la innovación de su empresa al comité de una asociación que brinda reconocimiento por mejores prácticas en recursos humanos.
Me tuve que disculpar diciéndole que mi empresa no brindaba ese tipo de servicios. Y así tengo un par de ejemplos más, lo preocupante de esto es lo siguiente:
Si empresas de tanto renombre, solidez, acceso a recursos, con ejecutivos con experiencia y conocimiento, de mucho prestigio, etcétera, etcétera, se encuentran tan, pero tan perdidos de cómo encaminar procesos de innovación, pues…
¡Imagínense las medianas empresas!, esas de menos de 100 personas que están metidas en el día a día, donde el presupuesto no alcanza para capacitación, y donde la cultura es el fiel reflejo de sus fundadores que hicieron crecer la compañía con unos skills, herramientas y estrategias, que fueron exitosas en su momento, mas hoy en día necesitan de una actualización URGENTE.
Por un lado hay personas y consultoras en Perú, que sí se prestan a cubrir ese tipo de requerimientos cuasi imposibles, pero es importante entender que la innovación no puede ser algo que se pone de moda, que se usa un día y listo.
Definitivamente el ¿Por qué? y la necesidad de innovar se entiende en una hora o menos, pero el accionar y movilizar la estrategia de innovación en una organización es un trabajo serio, una responsabilidad dura, que si no se realiza de forma progresiva y con algo de estructura para la exploración, la probabilidad de no tener éxito es altísima.
No importa cuántos artículos escribas, ni cuantos títulos tengas, lo que importa es trabajar de verdad, construir programas serios de innovación, colaborar con otros actores del ecosistema, exponerse al error pero con preparación previa, no intentando cambiar las cosas “en un par de horitas nomás”.