“Debido a la corrupción sistemática y descontrolada, el Perú perdió o distribuyó mal, el equivalente aproximadamente el 40 a 50% de sus posibilidades de desarrollo”, menciona Luis Fernando Nunes en su nueva columna de opinión.
“¿Dónde está el piloto?” es una película de comedia y parodia del género de desastres aéreos. El título original en inglés es “Airplane!” y fue estrenada en 1980. La película fue dirigida por Jim Abrahams y los hermanos Zucker (David Zucker y Jerry Zucker). Es conocida por su humor absurdo, gags visuales y diálogos rápidos. Se burlaba de películas de desastres aéreos, como “Aeropuerto” (Airport) y “Aeropuerto 75” (Airport 1975).
Cuarenta y dos años después, el 7 de diciembre del 2022, Pedro Castillo se atrevió a dar un Golpe de Estado en Perú, noticia que a los pocos minutos ya había dado la vuelta al mundo gracias a la velocidad que ahora se mueven los medios de comunicación masivos y las redes sociales. Esta vez no vamos a volver discutir sobre aquellos que aún afirman que ello nunca sucedió o los que fabricaron una narrativa inverosímil alrededor de lo sucedido.
Más bien, evoco a la vieja película para preguntarme ¿Y dónde está el dinero que le dieron a Pedro Castillo?
Desde los veinte mil “verdes que le encontraron a Bruno Pacheco hasta los millones de Sara Goray, “las movidas financieras” en los Ministerios de Vivienda y de Transportes y Comunicaciones, las jugadas de su hijastra-cuñada Yanifer Paredes o de sus sobrinos y demás especímenes, hay una suma millonaria en soles y dólares de los que se le desconoce paradero. ¿Acaso Dina Boluarte ha mandado a cavar en los jardines de la residencia presidencial? ¿O fue la exprimera dama, Lilia Paredes, la encargada de ubicar y dejar a buen recaudo tan abultada bolsa?
Más preguntas que respuestas y no veo a los medios enfocarse en esta ruta del dinero. Es una interrogante lógica y pertinente. Y uno de los argumentos para no hacer esa pregunta viene de aquellos que sostienen que, como la corrupción es, por definición, una actividad clandestina, las fuentes que la documentan o bien son muy difíciles de encontrar, o bien no son confiables, pues pueden provenir de denunciantes, políticamente motivados o subjetivos en sus criterios y opiniones.
La Fiscalía viene haciendo un trabajo complejo, porque esta supuesta organización criminal parece un pulpo con mil tentáculos, lo que dificulta cumplir con los tiempos que exige una ciudadanía impaciente y que dice que justicia lenta y tardona, simplemente no es justicia.
Lo que he investigado, me indica que abundan testimonios, reacciones y comentarios muy bien documentados e informados acerca de la abusiva corrupción y que ello está abultando varias carpetas fiscales en miles de folios que se están procesando, sobre esos meses de gestión castillista y hasta se podrá afirmar que los planes para levantarse al Estado en peso, comenzaron cuando aún no se había juramentado ese 28 de julio del 2021.
El tempranamente desaparecido Alfonso W. Quiroz (1956-2013) en su Historia de la Corrupción en el Perú, termina diciendo que, debido a la corrupción sistemática y descontrolada, el Perú perdió o distribuyó mal, el equivalente aproximadamente al 40 a 50% de sus posibilidades de desarrollo.
¿Cuánto de ello supuestamente robaron Pedro Castillo y sus secuaces?
¿Y dónde está el dinero? Pregunta aún sin respuesta. Algún alumno travieso me dice: “Profesor, si aparece ese dinero, exijo que me devuelvan mi parte”. Razón no le falta.
Por: Luis Fernando Nunes, analista político