Con motivo de la merecida clasificación al mundial por parte de la selección peruana de fútbol, he escuchado a viva voz el pedido de que los 15 de noviembre se celebre el “Día del Hincha”, pero yo en esta oportunidad pido humildemente un reconocimiento sincero y contundente al Contribuyente. Acaso, ¿no es verdad que los contribuyentes hacemos patria cada vez que tomamos conciencia tributaria y aduanera?
Debemos motivar a nuestros profesionales e investigadores a descubrir nuevas y mejores formas de crear conciencia tributaria y aduanera en el Perú. El mundo de la tributación necesita renovarse con los avances científicos de las neurociencias, de la psicología del contribuyente, del marketing tributario, de la sociología, filosofía, historia y educación cívico tributaria.
Dejemos de seguir haciendo lo mismo y empecemos a pensar sobre el impacto cuantitativo y cualitativo que generan en la Cultura Tributaria, por ejemplo las amnistías tributarias promovidas periódicamente y con suma normalidad por los gobiernos locales.
Las cosas no están marchando bien, necesitamos sensibilizar a la población respecto a la realidad local, regional, nacional y mundial. Y podamos tomar conciencia del fenómeno tributario y su implicancia en el logro del bienestar general. Es por ello, que ninguna reforma tributaria tendrá éxito si no viene antecedida por una reforma política y electoral íntegra y de fondo.
Tengamos presente que la conciencia tributaria es fruto o consecuencia de la relación entre los ciudadanos y el sistema político y gubernamental imperante. En ese sentido, la generación de una mayor conciencia tributaria en la gente estaría condicionada a la madurez ciudadana y a la cultura política del país.
No es normal por ejemplo que a pesar de los destapes sobre Odebrecht y otros, todavía sigamos tolerando “No importa que robe, con tal que haga obras”. Como tampoco es normal que las autoridades prometan obras sin antes mejorar su gestión tributaria. Debemos darle razonabilidad tanto a los impuestos como a los gastos.
Propongo redefinir el sentido de la tributación en el Perú, que en estos momentos se basa en los “impuestos” por un mayor desarrollo teórico práctico de las “contribuciones”, que no solamente tiene la ventaja de ser un término más amigable sino que está vinculado a beneficios derivados de la realización de obras públicas o de actividades estatales.
Para que esta idea funcione tiene que haber una verdadera reforma tributaria o mejor dicho una reforma del sistema tributario. O mejor aún, una “revolución tributaria” que deje bien claro qué es justicia tributaria y cómo se impartirá.
Asimismo, considero que para crear una mejor conciencia tributaria y aduanera debemos eliminar todas las barreras burocráticas contenidas en los procedimientos administrativos (TUPA) de las instituciones públicas en general y de las administraciones tributarias en particular. No debiéndo quedarse atrás las empresas privadas.
Finalmente, aprovechemos el mundial de fútbol 2018 para darnos cuenta de otros aspectos extra futbolísticos, como la tributación en Rusia y la calidad de vida de su gente. Rusia es un país de alta tecnología que se aplica en la administración tributaria, con tasas de impuestos más bajas que otros países de Europa y con una celeridad procesal en los juicios tributarios. ¡Vamos Perú!