No todos los consumidores tienen la razón. Aprende a identificar a los que pueden hacerle daño a tu negocio en la siguiente nota.
Emprendedor, lo más seguro es que ya hayas conocido a algún mal cliente durante tu tiempo en el mundo de los negocios.
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La buena noticia es que puedes aprender a identificar a estos malos usuarios antes de que se vuelvan un verdadero dolor de cabeza para ti.
No puedes perder tu tiempo generando una relación con malos consumidores. Evita a los siguientes clientes y enfócate en aquellos que sí sepan apreciar lo que haces:
1. Los que te hacen perder el tiempo
El tiempo es dinero y el éxito financiero de tu negocio depende de tu trabajo eficiente. Los compradores que te dicen querer una cosa y luego cambian de parecer una y otra vez después de que les has entregado lo que dijeron desear en diversas ocasiones hacen que seas menos productivo.
El día tiene pocas horas productivas así que no puedes perderlas con aquellos consumidores que solo interrumpen tu ritmo de trabajo.
2. Ladrones de energía
La energía es uno de los recursos más importantes para los emprendedores. Los clientes que no se comunican bien o no colaboran contigo, simplemente te roban la fuerza.
Pueden ser desde personas pasivo-agresivas hasta aquellas que llegan al abuso verbal directo, y lo peor es que su negatividad se contagia. Trata de alejarte de estos “vampiros energéticos” antes de que te infecten.
3. Los regateros crónicos
Los clientes que constantemente te exigen que bajes tus precios realmente no valoran lo que ofreces y probablemente nunca lo harán.
Es totalmente aceptable usar promociones para darse a conocer, pero no olvides cuánto vale tu trabajo y que debes fijar límites razonables a tus descuentos.
4. Los indecisos que jamás compran
No hay nada de malo en conocer todas las opciones del mercado antes de comprometerte con un vendedor y proveedor.
El problema surge cuando esta actitud es un patrón que se repite constantemente. La indecisión de este tipo de clientes puede ser una señal de que esta conducta se repetirá una vez que empiecen a trabajar juntos. Ten cuidado.
5. Los críticos extremos
Algunos clientes nunca quedan satisfechos, sin importar que hagas para complacerlos. Cuando los consumidores hacen críticas a tu trabajo, debes validar qué tan ciertas son sus opiniones y hacer los cambios que se te piden.
Sin embargo, algunos clientes se dedican a encontrar errores en todo lo que haces y para ellos nada de lo que ofreces es suficientemente bueno. Es mejor no lidiar con este tipo de personas.
6. Los que tardan en pagar
Tu negocio necesita un flujo de efectivo estable, así que no puedes mantener la salud de tu operación si tienes clientes que no te pagan.
Las personas que constantemente se retrasan en sus obligaciones contigo no valoran tu trabajo. Es indispensable que te defiendas con fuerza cuando estos consumidores no te pagan. Si tú cumpliste con ellos, ellos deben cumplir contigo.
7. Los que piden que les fíes
El fiar en un negocio supone una gran responsabilidad. Muchos pequeños negocios lo hacen con sus clientes recurrentes; sin embargo, no es saludable para la salud financiera de tu emprendimiento.
Aquí hay que distinguir el dar crédito y el fiar. Dar crédito a tus clientes implica haber estudiado qué tantas posibilidades hay de que te paguen y deben haber documentos por escrito de por medio.
Fiar, por el contrario, es lo más parecido a regalar tu producto o servicio. Tendrás que dedicar tiempo para cobrar y eso te distraerá de estar vendiendo o atendiendo tu negocio.
Recuerda que solo es un acuerdo de palabra, por eso debes conocer muy bien al cliente antes de aceptar. Lo mejor es avitarlo.
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Vía: entrepreneur.com