Por: Dr. Luis Kiser, Presidente de Front Consulting Perú
En el Perú, la franquicia viene convirtiéndose en una respuesta válida y exitosa en un entorno de desaceleración y ante la necesidad de expansión empresarial frente al esquema, también válido, del crecimiento corporativo, donde por costumbre los propietarios de negocios pensaban expandirse creando una cadena con capital propio, es decir: “abriendo sucursales”.
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Pero en esta época, en un mercado competitivo y globalizado se exigen velocidades diferentes y llegar a territorios cada vez más lejanos. Precisamente la franquicia como formula de expansión permite un crecimiento en manos de terceros con ventajas importantes para el empresario como: la expansión rápida en mercados desconocidos o lejanos y con poca inversión.
Además se evita el riesgo de asociarse con desconocidos, ya que la relación entre franquiciante y franquiciado es netamente contractual y no existe ningún tipo de relación societaria ni laboral. Esto permite a su vez flexibilidad en costos al no tener que asumir la empresa franquiciante costos laborales, alquileres de local, obligaciones tributarias, etc.
Otra ventaja, que es para ambas partes, es la generación de economías de escala, ya que en tanto más locales se vayan incorporando a la red, la capacidad negociadora y de generar economías de escala permitirá beneficios que sin duda se trasladarán a la red franquiciada haciéndola mas competitiva.
Hay lógicamente una retribución económica con cada apertura. El franquiciante recibe contraprestaciones justas por compartir su marca, know how y brindar asistencia técnica durante la duración de la relación contractual.
En el Perú tenemos la idea, y al menos así se nos cataloga, como uno de los países mas emprendedores del mundo, ya que podemos abrir mas de 300,000 empresas al año, y muchas son casos de éxito. Pero nadie habla de las 200,000 que se cierran, lo que demuestra que “pedimos perdón antes de pedir permiso”.
Ese impulso empresarial desbocado y a veces masoquista que nos lleva a emprender un negocio nuevo o imitado, por inspiración, intuición o cábala, debería ser mitigado por la reflexión que permita ir decantando oportunidades reales y de riesgo controlado o más seguras.
Y es allí donde la franquicia demuestra sus atributos inherentes. No digo que sea la mejor opción, pero considero que no hay derecho para no conocerla.
Se ha demostrado que en el mundo el 85% de la gente sueña con tener alguna vez en sus vidas un negocio propio, pero solo un 14% lo hace y de ese 14% solo un 5% logra pasar el quinto año de vida.
A nivel mundial la franquicia ha demostrado su bajo nivel de mortandad, y según un estudio del departamento de Comercio de los Estados Unidos, el 90% de los negocios que se inician bajo este formato en el mundo, pasan la barrera del quinto año de vida, a diferencia de los negocios independientes, donde solo el 40% supera esta barrera.
Por lo tanto la franquicia reduce dramáticamente esa curva de riesgo y aprendizaje presente en un negocio nuevo y le permite al emprendedor no pagar ese “derecho de piso” que el dueño del negocio seguramente ya pagó y después de mucho ensayo y error le ha permitido tener un negocio exitoso.
Hay que señalar que la franquicia ha permitido romper paradigmas al pasar del individualismo empresarial al colectivismo. Aquí los empresarios invitan a personas a ser empresarias y compartir su éxito, capacitándolas y formando una red donde cada uno es autogestor de su negocio y donde estos esfuerzos individuales se comparten con resultados colectivos y esto me parece usando un termino de moda “inclusión empresarial”.
Pero todo esto forma parte de la cultura del “franchising” y esta cultura ha llegado al Perú para quedarse y lo demuestra un crecimiento constante de los últimos seis años de un 25% por año en la incorporación de conceptos nacionales a esta oferta lo que demuestra un sector en plena maduración, lo que es alentador y promisorio.
En el 2015 el sector facturó alrededor de 1,400 millones de dolares y se incorporaron 40 nuevas empresas nacionales al sector sumando ya casi 200. Aún las franquicias extranjeras lideran el mercado y representan el 60% del sector, y esto implica una gran responsabilidad de los actores nacionales para profesionalizar su oferta y poder competir con marcas foráneas.
Cada vez vemos esfuerzos serios de divulgación y sensibilización de parte de la Cámara Peruana de Franquicias y consultoras serias que desean consolidar un sector profesional y dinámico.
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Posted by PQS on miércoles, 20 de enero de 2016